Dios es fiel
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lunes, 30 de enero de 2012
jueves, 26 de enero de 2012
¡Pruebas! ¡Pruebas! ¡Pruebas!
Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas. Bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia. Santiago 1:2-3.
Los donuts de Krispy Kreme son una de las franquicias de mayor crecimiento en los EE.UU. Además de su sabor único, una de las claves para el éxito fenomenal de Krispy Kreme es el plano estratégico de cada una de sus tiendas. Los clientes pueden observar a través de una pared de vidrio mientras se hacen los donuts a lo largo de un sistema de producción en cadena con una cinta transportadora.
Primero se dispara un cortante chorro de aire a través de las pequeñas bolas de masa para crear un agujero. Luego se hace que los donuts planos pasen tiempo en la «caja de prueba», adonde suben y bajan por un elevador en una atmósfera de calor y humedad. Esto es lo que permite que la masa plana se eleve. Luego se dejan caer las futuras exquisiteces en aceite caliente y se las cuece completamente. Cuando los sobrevivientes circulares de esta dura prueba se abren paso hacia el final de la línea, atraviesan un torrente de glaseado. Mmmmmmm.
Así como el intenso calor ayuda a producir los deliciosos dulces en Krispy Kreme, el intenso calor de las pruebas ayuda a producir el carácter en la vida de un seguidor de Jesús (Santiago 1:2-8). Las pruebas producen carácter cuando respondemos con gozo, sin murmurar ni quejarnos. Los que seguimos a Jesús nos podemos regocijar en medio de las pruebas porque nuestro gozo no se basa en las circunstancias, sino en una relación personal con Jesús.
Las pruebas, aun cuando duelen, producen carácter cuando comprendemos que están diseñadas para formar entereza y madurez. La entereza nos ayuda a tener todo lo que necesitamos para sobrevivir a la siguiente prueba, y la madurez nos ayuda a vernos más y más como Jesús.
Nuestras pruebas producirán carácter en nosotros cuando dependamos de manera absoluta de los recursos de Dios. La oración es el recurso más vital que Dios ha puesto a nuestra disposición. Debemos ponernos de rodillas antes de poder ponernos de pie. A través de la oración, Dios nos dará generosamente una sabiduría que nos ayude a tomar decisiones que lo glorifiquen en medio de nuestras pruebas.
Los donuts de Krispy Kreme son una de las franquicias de mayor crecimiento en los EE.UU. Además de su sabor único, una de las claves para el éxito fenomenal de Krispy Kreme es el plano estratégico de cada una de sus tiendas. Los clientes pueden observar a través de una pared de vidrio mientras se hacen los donuts a lo largo de un sistema de producción en cadena con una cinta transportadora.
Primero se dispara un cortante chorro de aire a través de las pequeñas bolas de masa para crear un agujero. Luego se hace que los donuts planos pasen tiempo en la «caja de prueba», adonde suben y bajan por un elevador en una atmósfera de calor y humedad. Esto es lo que permite que la masa plana se eleve. Luego se dejan caer las futuras exquisiteces en aceite caliente y se las cuece completamente. Cuando los sobrevivientes circulares de esta dura prueba se abren paso hacia el final de la línea, atraviesan un torrente de glaseado. Mmmmmmm.
Así como el intenso calor ayuda a producir los deliciosos dulces en Krispy Kreme, el intenso calor de las pruebas ayuda a producir el carácter en la vida de un seguidor de Jesús (Santiago 1:2-8). Las pruebas producen carácter cuando respondemos con gozo, sin murmurar ni quejarnos. Los que seguimos a Jesús nos podemos regocijar en medio de las pruebas porque nuestro gozo no se basa en las circunstancias, sino en una relación personal con Jesús.
Las pruebas, aun cuando duelen, producen carácter cuando comprendemos que están diseñadas para formar entereza y madurez. La entereza nos ayuda a tener todo lo que necesitamos para sobrevivir a la siguiente prueba, y la madurez nos ayuda a vernos más y más como Jesús.
Nuestras pruebas producirán carácter en nosotros cuando dependamos de manera absoluta de los recursos de Dios. La oración es el recurso más vital que Dios ha puesto a nuestra disposición. Debemos ponernos de rodillas antes de poder ponernos de pie. A través de la oración, Dios nos dará generosamente una sabiduría que nos ayude a tomar decisiones que lo glorifiquen en medio de nuestras pruebas.
jueves, 19 de enero de 2012
EL VERDADERO SIGNIFICADO DE VIVIR
Vivir, es vibrar cada instante, ante la emoción de percibir la maravilla de la creación de Dios que nos rodea.
Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá!
Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.
Vivir, es aprender más cada día, es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.
Vivir, es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar en silencio la palabra del ser amado, es perdonar una ofensa, es sentir la presencia del otro, es besar con amor a quien nos ama.
Vivir, es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y tener la capacidad de regocijarme ante sus triunfos y realización.
Vivir es sentir que nuestro existir no fue vano y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.
Vivir es aprender a convivir con el otro despertando su persona como obra de Dios. Vivir es mirar a Dios con corazón abierto reconociendolo como Señor y Rey.
Tened sumo cuidado, por vuestra vida, de amar al SEÑOR vuestro Dios. Josué 23:11
Por lo cual yo también lo he dedicado al SEÑOR; todos los días de su vida estará dedicado al SEÑOR. Y adoró allí al SEÑOR. 1 Samuel 1:28
Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá!
Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad y llevar a su máxima expresión nuestra capacidad de ser.
Vivir, es aprender más cada día, es gozar los momentos bellos y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.
Vivir, es amar intensamente a través de una caricia, es escuchar en silencio la palabra del ser amado, es perdonar una ofensa, es sentir la presencia del otro, es besar con amor a quien nos ama.
Vivir, es contemplar apaciblemente la alegría de un niño, escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar, acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.
Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y tener la capacidad de regocijarme ante sus triunfos y realización.
Vivir es sentir que nuestro existir no fue vano y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros en cada momento, logremos manifestar la grandeza de nuestra alma para amar.
Vivir es vibrar y sentir, es amar y gozar, es observar y superar, es dar y aceptar, es comprender que nuestro tiempo es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.
Vivir es aprender a convivir con el otro despertando su persona como obra de Dios. Vivir es mirar a Dios con corazón abierto reconociendolo como Señor y Rey.
Tened sumo cuidado, por vuestra vida, de amar al SEÑOR vuestro Dios. Josué 23:11
Por lo cual yo también lo he dedicado al SEÑOR; todos los días de su vida estará dedicado al SEÑOR. Y adoró allí al SEÑOR. 1 Samuel 1:28
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